Cuando iniciamos el diseño de CASA JEROEN y visitamos el lugar por primera vez, nos encontramos frente a un terreno con forma trapezoidal y colindante a una reserva forestal de grandes árboles. Estas dos variables, poco a poco, se convierten en los ejes ordenadores del proyecto. Dan lugar a dos volúmenes principales, uno social y otro privado, que al entrelazarse en un ángulo abierto crean el espacio del jardín trasero; así incrementamos la ventilación y luz natural en relación directa con la reserva. Por esta razón, interpretamos conceptualmente el proyecto como una estructura que respira honrando al bosque, a través de la fachada de vidrio, la cual permite observar el bosque y el jardín desde todos los espacios.

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En medio del eje privado, elevamos un muro de concreto que si lo vemos de frente imita a los troncos de los árboles del bosque, los que visualmente, por un volumen de vidrio atraviesan la vivienda, en este vacío ascienden los escalones de madera, donde se nos abre el espacio para el ocio y el trabajo en el segundo nivel desde donde interactuamos de frente con los árboles del bosque.

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La fachada principal está pensada como un filtro de privacidad desde la calle, es creada por un juego de planos y volúmenes rasgados para permitir las entradas de luz natural y los distintos juegos de sombras durante el pasar del sol; en esta fachada resolvimos el garaje con una cubierta que flota desde la colindancia, ésta cubierta apertura, enmarca y protege el ingreso a la casa JEROEN.